lunes, 9 de noviembre de 2020

Delirio

 

Hay ocasiones en las que me pregunto hasta dónde iremos a llegar. 

Otras, en las que apenas recuerdo que debemos llegar a algún lado. A veces a gritos me sorprendo a mitad de un exquisito, demencial y absoluto frenesí. Respiro agitado. Balbuceo, injurio. Me tenso. Te beso. Me miras. Somos uno. Y cuando la sinrazón nos abandona, cuando la agitación desvanece y la sensatez recobra su exacta dimensión, te observo, caminas, te vistes, acaricias. 

Cuando la sinrazón se va, clamo que vuelva. 

Cuando te siento, así, adherida a mi alborozo, me pregunto contrariado: ¿hay que llegar a lado alguno sino a tu cuerpo?





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Te quiero de arriba a abajo, de un lado a otro. De tu corazón al mío.