Es tu belleza entrañable, la odisea hacia tus besos por las noches.
Es el éxtasis que provocas cuando me hablas, el estallido irrepetible de tu risa. Es la amigable compañía, los devaneos que nos brindamos.
Son tus labios de cereza y las caricias a tu rostro.
Es el amor, el embelesado toqueteo, los ‘te quiero’ cotidianos. Eres tú, Liliana. El destello de tu cuerpo.
La aventura de tomarte de la mano.
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