No es tu sonrisa. No tus besos. No solamente. Va mucho más allá. Eres tú. Es el momento. Estás aquí, mágicamente, en el preciso instante en que te anhelo. Me gusta sentirte. Escuchar tus latidos. Te quiero. Más allá cuando me hablas. Te quiero mucho más allá. Compartimos historia. La vivimos. Y soy feliz. Perdida la mirada en esa tu figura; mi zozobra hurgando cada poro, vehemente.
El mundo sólo tiene sentido gracias al brillo de tus ojos.
Porque eres tú. Porque transmites dulzura. Porque eres un deleite. Porque tu fragancia es mi eterna acompañante. Porque somos aquello que imaginé.
Que tus manos jamás me abandonen, que tus labios no dejen de buscarme, que tu corazón sea mi constante compañía, que tu mirada sea testigo de mi amor por ti. Que seas feliz.
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