Te amo como la historia ama los laberintos, la geografía las cordilleras, y los fantasmas deambular ensimismados por las noches.
Lo que me ata a ti es tan fuerte que disemina toda duda, destroza mi entendimiento, enloquece mi ego; no imagino atardeceres sin tu encanto.
Avasalla lo que me tiene adherido a tu sonrisa, y estar a tu lado, compartirnos, y permanecer abismado por tus besos, se ha vuelto innegablemente el argumento que justifica mi existencia.
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