Soñar. Oír tu voz, tenerte, así, tan cerca… Mirarte; el ejercicio interminable que sacude mi conciencia, que deleita.
Lo sabes, el brillo de tus ojos ilumina mis veredas.
Y te amo como quizás nunca lo supe.
Transformas al universo en esa fantasía que cabe en la palma de tu mano. Añoro la ocasión para tomar tu rostro y sentirme completo y extasiado.
Quisiera decir con mis silencios que te adoro; quisiera rodearte con mis brazos, tomarte entre mis manos y, al besarte, permanecer así hasta el final de la estratósfera.
Si con el roce de mis letras pudiera enamorarte; si la sintaxis fuese capaz de redimirme ante tus ojos; si la prosa sirviese de cupido…
Escucha: siempre estaré aquí, que nadie ose lastimarte. Te amo, con el intanglible poderío de esas simples cinco letras, y que, no obstante, se convierten en lo único que tengo, mi mejor arma: te amo.
Siempre a tu lado, cazador de tu sonrisa, absorto por tus besos.
Que no se extinga la magia de ese instante en el que nos unimos, y juntos navegamos las galaxias; ese momento, cúspide de mi ilusión.
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